Las lámparas de sobremesa tienen una doble función: son elementos útiles y cómodos que a la vez pueden ser muy decorativos. Elegir una buena lámpara de mesa es importante y hay que tener en cuenta varios aspectos.

En el mercado existe una gran oferta y la decisión de compra dependerá del uso y de la estética de la habitación. Si se necesita iluminar una zona de trabajo hay que fijarse en la forma de la pantalla, que proyectará la luz hacia arriba, hacia abajo o hacia ambas direcciones.

La altura de la lámpara también es un aspecto decisivo: una lámpara demasiado alta o demasiado baja puede molestar a la vista o no iluminar correctamente la zona deseada.

La forma de encendido varía: se pueden encontrar lámparas de sobremesa con un encendido tradicional, con interruptor de encendido y apagado; o lámparas táctiles, que se encienden al tocar la base con la mano. Estas lámparas son muy prácticas, por ejemplo, en las mesitas de noche por su sencillo mecanismo de encendido.

Las pantallas aportarán el toque decorativo que se busque. Hay pantallas modernas, clásicas, con diseños para niños, etc. Además, hay que tener en cuenta que una pantalla translúcida da más luz que una opaca. Las pantallas opacas, como las de metal, son más adecuadas para crear ambientes de luz tenue.

El tipo de bombilla debe ir de acuerdo con su función. Las bombillas que emiten luz cálida ayudan a crear un ambiente relajado, mientras que la luz natural es mejor para zonas de lectura o de trabajo.

Se podrá escoger entre bombillas halógenas, fluocompactas (de bajo consumo) o LED. Esta elección determinará el consumo y vida útil. En el caso de las bombillas LED, se puede también elegir el ángulo de iluminación, que varía entre 300° y 150°. Un ángulo mayor proporciona una luz ambiental uniforme, mientras que un ángulo menor, focaliza el haz sobre una zona más reducida.

Mollie Pettersson
Mollie Pettersson

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