Adiós verano. Bienvenida la rutina. Y con la normalidad, llega uno de los momentos más esperados para los niños: la vuelta al cole. Es el momento de preparar un lugar donde estudiar, hacer los deberes y las tareas. ¿Qué tal si les acompañamos en su nueva aventura con una zona de estudios a su medida?

El éxito en el colegio depende de que los más pequeños de la casa asuman rutinas y cuenten con un espacio tranquilo, un lugar en el que concentrarse, donde estudiar y rendir al máximo. Así que al planificar su zona de estudio hay que tener en cuenta aspectos como los colores de las paredes, que favorezcan su concentración; el escritorio para niños del tamaño adecuado; la lámpara que proyecte la luz idónea; la silla; la organización del espacio en función de si es para uno o compartido…

¿Qué muebles no pueden faltar en el rincón de estudio de los niños?

El mueble más importante es el escritorio en un tamaño adecuado a la edad del niño. ¡Hay tantos modelos para escoger! Desde una mesa talla XS en la que los más pequeños se acostumbrarán a colorear hasta escritorios de mayor tamaño para los que empiezan en serio a estudiar.

Otra opción son las mesas evolutivas, que crecen con tu pequeño, adaptándose en tamaño. Un secreter también es una buena elección: todo queda recogido tras la trampilla al terminar de estudiar. Y si cuentas con poco espacio en su habitación, opta por un diseño de escritorio abatible, instalado en la pared o adosado a una librería o a la estructura de la cama. ¡Así tendrá más espacio en la habitación para jugar!

¿Una propuesta original para rentabilizar el espacio? Estructuras que elevan el colchón y crean debajo una zona de estudio.

Un truco para decorar una habitación infantil, que seguro ayudará a los niños más perezosos a la hora de sentarse a estudiar: intenta que desde la mesa no se vea directamente su cama, así no tendrán tentaciones de lanzarse a ella.

Y para elegir la silla hay que pensar en la cantidad de horas que pasarán sentados. Los más mayores necesitarán sillas de estudio ergonómicas que aseguren una postura correcta, con o sin ruedas. Los más pequeños, al no pasar tantas horas, tienen más libertad en cuanto a los modelos.

La iluminación de la zona de estudio para niños: luz natural y artificial para estudiar

La mejor ubicación del escritorio de los niños en una habitación es cerca de la ventana para que reciba la luz natural directamente. Pero no debe faltar una lámpara que proporcione luz puntual para estudiar sobre la mesa de estudio. Lo más apropiado es una lámpara orientable, a ser posible un flexo con un foco de luz puntual y regulable en altura. ¿Sabías que si el niño es diestro la lámpara debe quedar a su izquierda y si es zurdo, a su derecha? De esta manera no tendrá molestas sombras mientras escribe.

Y no pienses solo en un flexo de mesa. Hay diseños maxi de pie que aportan un plus decorativo.

¡Una llamada al orden! Muebles para organizar la zona de estudio de los niños

Librerías, estantes en la pared, una cajonera, incluso un baúl, son los aliados del orden. De esta manera libros, papeles, pinturas y su mochila tendrán un lugar al que volver después de la tarea de estudio.

Cerca del escritorio, una librería de pie vendrá bien para organizar libros, carpetas y cuentos. También puedes aprovechar la pared para colocar sobre la mesa unas baldas o cubos de almacén. Combinados con unos cuadros o láminas, quedará un rincón de revista.

¿Recuerdas lo de “divide y vencerás”? Una cajonera es perfecta para tener cada cosa en su lugar: lápices, acuarelas y pinturas en un cajón; hojas y cuadernos en otro; la tablet y su cargador en un tercero…

Y deja que la mochila cuelgue de un perchero de pie o en la pared o dentro de un baúl o arcón, donde podrás guardar otros objetos de mayor tamaño de tu peque.

Una paleta de colores que ayuda a la concentración

Se trata de crear un espacio tranquilo en el que pueda concentrarse. Para ello los colores juegan un papel importante, ¡pura cromoterapia! El color influye en nuestra personalidad y estado de ánimo así que vamos a usarlo para ayudar a estudiar a los niños.

Lo más importante es que predominen los tonos neutros: blancos y arenas, que transmiten serenidad y aportan luminosidad. Así, como base, muebles blancos o en maderas en tonos naturales. Y reserva las pizcas de color para los complementos y accesorios.

Los colores más recomendados son:

Verde, que transmite serenidad. Evoca a la naturaleza y a la vida, por tanto reduce el estrés y afianza la seguridad.

Azul, transmisor de serenidad y tranquilidad. Facilita la concentración. Quizá es uno de los colores más usados en habitaciones infantiles, en todas sus tonalidades.

La gama de los rosas y malvas, vinculada con la creatividad y la fantasía. Favorece la comunicación.

Amarillo, el color de la inteligencia. Fomenta la actividad mental, la creatividad y la vitalidad.

Y si después de leer este artículo crees que también tu zona de trabajo (¡la de los mayores!) necesita un cambio, no te pierdas estos despachos con encanto.

Mollie Pettersson
Mollie Pettersson

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